OH dios mió
perdóname… perdóname por amar tanto a la
mujer de linda sonrisa bajo porte y pecas en el rostro, y lindos cabellos canelas,
te amo…
Perdóname, OH
cruel tristeza que seca mis ojos y los deja áridos y rojos, como el desierto de Atacama.
Que el
diablo prepare mi sufrimiento, que le he de apostar que mi infierno, sin mi
amor se encuentra en la tierra.
Que las
drogas calmen mi dolor es imposible, he pasado por muchas de las que llegan a
mi querido chile y ninguna calma mi angustia ni mi dolor.
O cruel
engaño, triste premura, que los tres clavos de la cruz me crucifiquen como
Jesús y un cuarto reviente mi corazón si no te tengo.
Anhelo
volver a sujetar tu amo y fundirla con la mía; es acaso mucho pedir OH Dios,
que mi alma sea vendida y aplastada si no tengo tu amor…
Mi amor es
honesto, lo juro por mi vida y mi alma y por todo lo que más quiero en esta
vida terrenal y en la espiritual.
No me dejes
vida mía, que mi vida, se apaga como un país
luego de un cataclismo, donde la pena circunda calles y millones de corazones y
aun así todo ese dolor no se compara con mi pena.
Mi dolor es
grande y símil, al de un padre que pierde un hijo amado, así es mi dolor de inconmensurable.
Ya no logro
conciliar el sueño como la gente normal, mis noches son eternas cuando pienso
en ti se me olvida soñar o dormir y descansar.
OH vida
cruel, OH cruel destino, ayúdame Jesús que te haces el sordo ante mi petición,
ayúdame a recuperar mi amor.
Tengo fé en
que sucederá y si no prometo conformarme con el cruel destino del sufrimiento. que
padezco ahora y prometo hacerlo eterno.
Dios
ayúdame grito esta rogativa, para que así me escuches, por favor deseo abrazar
ese cuerpo de mi amada mujer que ya me aborrece.
Quiero que
duerma en mi pecho, sentir nuevamente sus labios uniéndose con los míos, acariciar
y hundir mi nariz en su cabello perfumado.
Volver a
sentir que estoy en el cielo tan hermoso cielo o paraíso o dios has creado
de la costilla del hombre.
Prometo
Dios mió si cumples ser tu instrumento benevolente y acabar así con el mal que
acecha la tierra para así redimirme de mis pecados, ser una herramienta de bien
y trata de dejar una sonrisa en aquellos que no la poseen.
Si te haces
el sordo en esta madrugada, donde veo que acecha la luz de la clara mañana, me
doy cuenta que noche va haciendo más negra mi pena.
Que me
venga a buscar la muerte, si no te tengo la espero con ansias, con alegría y
sin venganza.
¿Tan duro
es el amor?
¿Tan dura
es la pena?
Dura es,
que entrego mi vida a la muerte, que deseo que llegue con dolor y sufrimiento
si no te tengo.
La única
flor de mi jardín, agarro sus alas y voló y nunca más vi su semilla.
Nunca más conocí
el amor.
Ángel
Sepúlveda stuardo.
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